Hoy nos adentramos de nuevo en las bodas clásicas pero lo hacemos de una manera intimista, centrándonos en los detalles y los primeros planos.
A diferencia de lo que algunas personas puedan pensar, una boda clásica no ha de ser barroca y desfasada. Al revés. Su decoración es sobria, elegante, en el lujo, la calidad ha desbancado a la cantidad. Menos es más.
Un broche familiar en el ramo, una tiara con historia, una iglesia con significado especial, una papelería cuidada, una vajilla impoluta, una luz tenue...
Si nunca te imaginaste tu boda dentro de un marco clásico, quizás estas fotografías te hagan reconsiderarlo. ¿Quién puede resistirse al buen gusto?
¡¡qué ideal todo!! ¡¡cómo me gusta!!
ResponderEliminarGracias!!
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