Esta es una entrada distinta, hoy
no será Elena la que os escriba sino yo, Laura, colaboradora de “Más Que
Eventos”. Esto se debe a que el pasado sábado 12 de octubre, Elena dejó de
estar al frente de la organización para ser la protagonista, y yo, la persona a
quién “cedió el testigo”, la ocasión lo merecía, ¡¡nuestra Elena estrenaba
década!!.
Hace unos 3 meses me sorprendió
diciéndome que iba a ser la encargada de organizar su 40 cumpleaños. Ella me
daría la lista de invitados, el sitio donde celebrarlo, y sugerencias de
temáticas: París, Asturias, Heidi, Hello Kitty… del resto no quería saber absolutamente
nada: ni confirmaciones, ni decoración… nada.
Me preocupaba la decoración, así
que con tanta variedad de propuestas lo primero que hice fue descartar hasta
quedarme con dos temáticas finalistas: París y Heidi. El toque astur estaría
sólo presente en la comida. Hace años que conozco a Elena y sé que sí algo no
podía faltar es su adorada Heidi. Y París, debía de tener un hueco, ya que fue
testigo de sus primeros 20 años, nació y vivió allí. No era capaz a decidirme
por una sola temática y así que la única opción que encontré fue buscar un
punto común entre ambas, pero ¿qué demonios tienen en común Heidi y París?.
Comencé a hilar: “Heidi vivía en los Alpes, y allí hay mucho verde (cuando no
está nevado ¡claro!), y París tiene fantásticos jardines”. En San Google busqué
más inspiración y allí me vino la luz, frente a una fotografía de un grupo de
amigos en el Champ de Mars, bajo la Torre Eiffel disfrutando juntos de un picnic.
“¡Un picnic podría hacerlo en París, en los Alpes y en Asturias! ¡Ya está!”,
pensé.
Sería una fiesta chiquitita, muy
sencilla, pero no por ello menos especial, Elena rodeada de sus más íntimos, a
los que quise implicar en cierta forma en el pre y post-evento. Con 2 meses de
antelación enviamos una primera invitación, con la sola intención de que los
invitados reservaran el día, ya que es festivo nacional, además varios de ellos
viven fuera de España y sabíamos que la antelación era un plus a la hora de
viajar. Elena me mandó un pequeño texto, que edité ya con la temática escogida
(ella ni siquiera lo vio).
15 días antes envié una segunda invitación,
para que los pocos dudosos confirmaran, e informarles del sitio y hora. En el
cuerpo del email les pedía que abrieran el baúl de los recuerdos y me enviaran
fotografías de ellos con Elena.
Empecé a trabajar sobre la
decoración. El elemento principal en la mesa sería, como no, la Torre Eiffel,
para personalizarla más, la hice una base de cartón y sobre ella pegué fotos de
Elena en su más tierna y parisina infancia, fotografías familiares, y las que
enviaron los amigos.
Bajo la torre colocaría a una Heidi
que se volvía parisina e iba cargada de bolsas. Fue gracioso porque con cada
bolsa que le pegaba más me recordaba a Elena, que tan pronto se calza las botas
y se va a la montaña, como coge el bolso y se vuelve una loca del shopping,
siempre de zapato plano, eso sí ;)
El resto de decoración iría
alrededor de los colores de la bandera francesa. Hice unos pompones de papel de
seda para la pared. Cosí unos manteles de cuadros, coloqué margaritas y
paniculata en pequeños botes de cristal, cintas, unos trocitos de puntilla, unas
velitas… … y como
servilleteros un lazo del que colgaba una etiqueta con una foto de Elena
soplando la vela de su primer cumpleaños, por supuesto todo el texto en
francés, y un guiño más de personalización fue escribir su nombre con N
mayúscula, EleNa, tal y como ella firma.
Et voilà!! Una fiesta a la medida
de Elena, fiel reflejo de su personalidad: previsora, ordenada, sencilla y con
un look astur-parisino.
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¿Queréis ver más? Pues atentos
porque continuará.
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